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Ayto Vélez-Málaga | Concejalía de Turismo

004 Casa de la C/Robledillo

4-CASA DE LA CALLE ROBLEDILLO

Como hemos dicho, se haya este edificio en la confluencia entre la calles Robledillo, a la que da su fachada principal, y Pizarro. Pese a que no hay muchos datos sobre esta singular casona, podemos decir que ya en los Libros de Repartimientos de Vélez-Málaga, fechados entre finales del siglo XV y principios del XVI, tras la conquista castellana de la ciudad, aparecen referencias al apellido "Robledillo" como beneficiarios de posesiones entregadas a esa familia después de la Toma cristiana de Vélez-Málaga por los Reyes Católicos. Dicha familia podría haber dado nombre a esta calle.

Durante una época, se conoció el edificio como la "Casa del Fiscal", por el puesto que desempeñó uno de sus habitantes y que perteneció a la familia Altamirano.

La casa no es visitable actualmente, lo que no impide al visitante disfrutar de su exterior.

De la fachada principal de la casa, la que da a la calle Robledillo, destaca en el centro su puerta adintelada con una ventana a cada lado y encima de la puerta un balcón. Arriba, vemos un cuerpo de ladrillo visto que no está encalado y que cuenta con siete arcos enmarcados por pilastras y en el interior del segundo, el cuarto y el sexto arco vemos unas pequeñas ventanas, habiendo además un pequeño ventanuco en el primer arco situado a la derecha.

En la fachada de la calle Pizarro vemos que la torre presenta cuatro arcos, dos de los cuales con ventanas, y que están todos enmarcados por pilastras, y también vemos, a la izquierda, un ventanal sin enmarcar en ningún arco.

Vamos ahora a retornar sobre nuestros pasos, para seguir subiendo por la calle Lope de Vega hasta su final, cuando desemboca en la calle dedicada al artista, pensador y poeta Joaquín Lobato que cuenta con una estatua en su homenaje.

En esta última calle, que vamos a coger a mano izquierda, para comenzar a subirla, vemos interesantes muestras de la arquitectura civil de carácter burgués de la ciudad. Edificios con hermosos miradores. Si bien el paso del tiempo y los cambios sociales y urbanísticos acontecidos han afectado al estado de conservación de alguna de estas casas, aún sigue siendo posible admirar la belleza que guardan.

Al final de esta calle en cuesta alcanzamos nuestra siguiente etapa, la plazuela a la que da la fachada principal del Convento de San Francisco. 

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