007 Casa Cervantes

7-CASA DE CERVANTES

Este hermoso ejemplo de la casa solariega veleña tiene su portada orientada a la plazuela en donde se une la carrera de San Francisco con la calle Cilla. Plazuela en cuyo centro destaca la bonita fuente que estuvo ubicada, primero en la plaza de San Francisco y después en la de la Gloria.

La tradición popular dice, aunque sin confirmar, que en esta casa estuvo alojado Miguel de Cervantes durante su estancia en Vélez-Málaga como recaudador de impuestos y provisiones para la Corona, que, en aquellos tiempos se hallaba enfrascada en múltiples frentes en lucha contra los numerosos enemigos de su católica majestad Don Felipe II, como la sostenida por la Gran Armada, la Armada Invencible, enviada, sin éxito, en 1588, a derrocar a la protestante Isabel I de Inglaterra.

Y es éste trabajo de Cervantes como recaudador, desarrollado en ciudades andaluzas como Vélez-Málaga, Sevilla, Guadix, Ronda, Motril, Baza y un largo etcétera, le va a terminar llevando a la cárcel. Por ello se ha llegado a hablar de la influencia, en mayor o menor grado, de su paso por Vélez-Málaga en las circunstancias que le llevan a escribir El Quijote. Y es que una serie de penosos avatares, como la quiebra del banco en donde depositaba el dinero recaudado, y acusaciones de ciertas irregularidades en sus cuentas, provocan que se ordene su ingreso en prisión. Hay que recordar que fue en la cárcel en donde este genio de la literatura universal comienza su inmortal obra cumbre de El Quijote.

Y como ya hemos visto, en la anterior parada de esta audioguía, Vélez es uno de los lugares protagonistas de las aventuras descritas en El Quijote. Sin duda su estancia como recaudador en una comarca de La Axarquía que hacía pocos años antes, entre 1568 y 1571, acababa de vivir los sucesos de la Revuelta Morisca, marcó su vida y su obra.

En cuanto a la arquitectura de la Casa Cervantes, decir que el porte de este edificio es el de una vivienda noble de inicios del siglo XVI, perteneciente al estilo mudéjar, del que se conserva sólo la estructura externa y el patio interior.

La portada principal, que está adintelada, se realizó en piedra rematada por un estrecho cordón que nace de ménsulas de tradición gótica. Sobre la puerta se halla el balcón de la que fue la sala principal de la casa y que está sostenido por contrafuertes de herrería. Hay también un portón lateral, a la izquierda de la puerta principal, que estaba destinada a carruajes y que hoy tiene un uso segregado al del conjunto del edificio. Tras el zaguán, el patio central tiene, en cada lado, tres arcos de medio punto, facturados todos en ladrillo y sostenidos por pilares también de ladrillo.

En el centro del patio hubo antes un aljibe para el agua de lluvia y hoy en día hay una bonita fuente. Se conserva el pozo que tiene su boca a la derecha de la puerta de acceso, según se entra al patio.

Para los amigos del misterio y de los llamados "fenómenos paranormales", decir que, según algunas fuentes, esta casona cuenta también con su "fantasma" y así, según dicen, es posible oír, en ocasiones, ruidos semejantes a "voces humanas", entre comillas, y que, según dicen los más crédulos en estos fenómenos, parecen salir de dicho pozo...

Volviendo a la estructura de la vivienda, vemos que la casa tiene planta baja y alta; pero, hay que señalar que, su distribución original es irreconocible por las transformaciones vividas a lo largo del tiempo y por su adaptación actual a usos administrativos municipales.

Hoy en día es sede de diversos departamentos del Ayuntamiento de Vélez-Málaga y también es la sede de la Escuela Oficial de Idiomas con que cuenta la ciudad.

Hay que decir que si bien no está constatado con seguridad que en esta casona se alojara el genial Manco de Lepanto, si es más real la vinculación de este edificio con uno de los personajes más singulares de la historia de la España del siglo XVII.

En efecto, en la hoy llamada Casa de Cervantes nació, en la primavera de 1631, Alonso Enríquez de Guzmán, conocido como Fray Alonso de Santo Tomás, que llegó a ser obispo de Osma, Palencia y Málaga.

Oficialmente, Alonso Enríquez de Guzmán era «hijo legítimo y natural» de José Enríquez de Guzmán y de Porres, gentilhombre de cámara del rey y de Doña Constanza de Ribera y Orozco, dama de honor de la reina Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV. Sin embargo, al margen de las formalidades, la realidad era diferente: el niño era fruto, ni más ni menos, de los amores del rey de las Españas de entonces, Felipe IV, con Doña Constanza. Su padre legal se vio obligado a casarse con Constanza a toda prisa, por lo que fue por ello recompensado por el monarca. Huérfano desde muy pequeño, el niño fue criado por su tío paterno Fray Antonio Enríquez de Guzmán, obispo de Málaga.

Cuando murió su tío, ingresó el joven Alonso en la Orden de los Dominicos, tomando el nombre de Fray Alonso de Santo Tomás.

Desde la muerte del príncipe de Asturias, Don Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV y de Isabel de Borbón, acaecida en 1646, su padre real aunque no legal, Felipe IV, intentó en repetidas ocasiones legitimar a Alonso como heredero suyo; pero él no quería, siendo esa la razón, junto a su vocación, la que le llevó a la vida religiosa para evitar así la presión de su padre. Si Fray Alonso de Santo Tomás hubiera hecho caso a las insistencias de su padre, quizás, posiblemente hubiera llegado, una vez legitimado como hijo de Felipe IV, a ser rey de España, frente al hijo del rey con su segunda esposa, la archiduquesa Doña Mariana de Austria, el que fue Carlos II "El Hechizado", y que no destacó precisamente por sus dotes como gobernante.

Es decir, si el veleño Fray Alonso de Santo Tomás hubiera reinado, la historia de España, quizás, sería hoy un tanto distinta a la actual.

Como vemos, la importancia histórica y presente de esta localidad ha permitido que Vélez-Málaga no haya sido ajena a muchos de los acontecimientos más trascendentales de la historia de España.

Vamos ahora a otro de los lugares más emblemáticos de la historia de la ciudad, la Plaza de la Constitución, con los imponentes torreones y paños de la muralla allí existentes y con otro hermoso ejemplo de la arquitectura civil, el edificio de Los Pósitos. No obstante, podemos antes adentrarnos por la calle de La Cilla, que, como hemos dicho se une a esta Carrera de San Francisco en la plazuela en donde hoy se halla la antigua fuente de la Plaza de la Gloria o de San Francisco. La calle de La Cilla nos puede llevar a descubrir castizos barrios con mucho encanto y sabor popular, como el Arrabal de San Sebastián, y a interesantes hitos arquitectónicos, como la Santa Cruz del Arrabal y la Ermita de San Sebastián. Además, decir que dicha calle de La Cilla debe su nombre al antiguo depósito de cereales ubicado en esta vía y cuyo edificio, hoy residencia privada, se halla en la mediación de la calle. 

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