Antigua Estación de Tren

9. ANTIGUA ESTACIÓN DE FERROCARRIL DE TORRE DEL MAR-ACTUAL ESTACIÓN DE AUTOBUSES

La actual estación de autobuses de Torre del Mar, que comunica la ciudad con Málaga, Granada, Nerja, Almuñécar y muchas otras localidades fue hasta finales de la década de los sesenta del siglo XX estación de la compañía de ferrocarriles suburbanos de Málaga. Empresa de capital belga que apostó por las potencialidades económicas de la zona.

La parte exterior de la estación conserva una estética de aire historicista, destacando la cuidadísima sillería de bloques hexagonales. Consta de un cuerpo central rectangular, de dos plantas, que servía de oficinas del ferrocarril y estancia para los pasajeros.

Adosados a este cuerpo central, están los 2 laterales, de menor altura, y que servían de viviendas para los empleados de la estación torreña.

Destacan también las cubiertas, de teja vidriada verde del edificio.

Hasta la década de 1980, cerca de la estación, aún se mantenía en pie un antiguo muelle de mercancías.

Desaparecida en 1968, la línea del ferrocarril de vía estrecha entre Málaga y Torre del Mar se inauguró en enero de 1908 y a medidos de ese año el tren llegaba ya a Vélez. Pocos años después, se prolongó la vía hasta alcanzar la granadina localidad de Ventas de Zafarraya, a través de un empinado trazado. Nostalgia produce aún en muchos torreños y axárquicos ver cómo desapareció aquel ferrocarril.

Los desniveles más pronunciados del recorrido se salvaban mediante el uso de un ingenioso sistema: la cremallera.

Acople utilizado para los ferrocarriles que transitan por zonas montañosas, como es buena parte de la Axarquía interior, y que hoy en día aún se usa esta tecnología en los Ferrocarriles que van a la Vall de Nuria, en el pirineo de la provincia de Girona, y en los que suben al Monasterio de Montserrat, en Barcelona.

Esta curiosa tecnología ferroviaria consiste en un tercer riel dentado, o cremallera, situado entre los otros dos, sobre el que discurre un sistema de piñones que tienen la máquina y los vagones y que impide que el tren se precipite cuesta abajo.

Este sistema de engranajes es similar al usado, ni más ni menos, que en las montañas rusas de las ferias y parques de atracciones para alcanzar la primera de las elevaciones que tienen.

Desde esta estación, situada entonces en las afueras de Torre del Mar, partía también un ramal a la fábrica de azúcar, para la carga y descarga de esa dulce mercancía que tanto influyó en la historia, en la economía y en la vida de generaciones enteras de torreños y de muchas otras localidades de la Axarquía.

No faltaron ideas de prolongar este ferrocarril hacia Granada y hacia Almería, pero al final no prosperaron y al final se cerró esta línea que tanto hizo por comunicar personas y mercancías a lo largo de los casi setenta kilómetros que de su recorrido entre la capital malagueña y Ventas de Zafarraya.

Tras esta parada, que tiene el cariz romántico que tiene, siempre, el ferrocarril y que tienen también todas las cosas que fueron y que pudieron ser, pero que ya no existen, vamos a ir ahora a los restos del viejo Castillo-Torre de Torre del Mar, al que nuestra hoy moderna ciudad turística debe su histórico nombre. 

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