Castillo de Torre del Mar

10. CASTILLO DE LA TORRE

En la Plaza de la Axarquía, que sigue siendo el corazón de Torre del Mar, se hallan los restos de la que fueran una fortaleza militar.

En el centro de dicha plaza se ve un monumento recordatorio del castillo y que incluye una copia del plano del fuerte en el que se el ve el aspecto que tenía a finales del siglo XVIII.

La Plaza de la Axarquía es uno de los entornos más castizos de la localidad, y en ella se ubicó también, hasta la década de 1970, un viejo mercado de abastos.

Muy pocos son los restos visibles del Castillo que se aprecian en la actual estructura urbana de la zona.

Aunque del Castillo no quedan prácticamente restos, si es posible aún observar la casa de forma circular situada a la derecha de la plaza, como resto de uno de los antiguos torreones allí ubicado.

El castillo torre militar que dio nombre a Torre del Mar fue concebido para defender la costa y guarecer a la ciudad de Vélez-Málaga.

Tras la conquista de la Axarquía por parte de los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, este fuerte al que Torre del Mar debe su origen, y que también es llamado en esos tiempos como Torre del Alcozaiba, que fue cedida al tesorero Ruy López de Toledo, quien poco después la cede a su vez a la ciudad de Vélez.

Sobre el estado que presentaba este castillo-torre a principios del siglo XVI nos puede ilustrar el contenido de una Real Carta de Carlos I de España, fechada en 1517, en la que se reconoce la cesión a Vélez-Málaga de esta fortaleza, a cambio de que la reedifique y la pertreche de artillería y municiones para la custodia militar de esta zona del litoral de la Axarquía, dada la importancia del tráfico marítimo que había, ya que como se nos dice en ese documento del también emperador Carlos V, hasta el puerto torreño "llegan muchos navíos", por lo que califica a este puerto como "el más importante de los que hay en esta costa para abrigo de las embarcaciones".

En relación a cómo evolucionó el Castillo de Torre del Mar no muchas décadas después, en 1573, puede servirnos el Inventario de Bienes realizado por el Ayuntamiento del Vélez-Málaga de entonces en el que se registra, con el peculiar gracejo de esa época, que

"...la dicha Torre tiene siete almacenes y una caballeriza grande y sobre ella una camarilla grande, que todos ellos los arrienda la ciudad. Los almacenes son parta encerrar fruta pa la cargazón que della se hace por la mar, y después de cargada la fruta pa que goce dellos el que arrienda las camarillas y casillas, pa poner moradores en ellas y cobra la renta desto el que arrienda lo susodicho, lo demás lo cobra el mayordomo desta ciudad...".

Y continúa la descripción del inventario hablando de otros almacenes y cámaras con lo que parece deducirse que las funciones de almacén del puerto eran las más importantes, ya que sólo en relación a las funciones defensivas del castillo, señala que dispone de "media culebrina", vieja pieza de artillería en bronce de no mucho calibre, utilizada para lanzar balas de un peso que oscila de entre poco más de tres kilos a algo más de siete, a una distancia tope que no llegaba a los dos kilómetros y medio.

Si no era en esa época demasiado importante el papel de Torre del Mar como plaza militar, sí era ya importante en ese período la actividad comercial como puerto exportador de los excelentes productos agrícolas de la Axarquía, como las pasas, y que se exportaban desde el puerto torreño, a lugares tan lejanos como Francia, Inglaterra o los Países Bajos.

Este castillo fue testigo, a principios del siglo XVIII, de una importante hecho bélico que aconteció en la bahía de Torre del Mar. Se trata de la Batalla Naval de Vélez-Málaga, ocurrida a finales del veraniego mes de agosto de 1704, tras la toma inglesa de Gibraltar, dentro de los enfrentamientos de la Guerra de Sucesión Española, por la que los Borbones empezaron a reinar en España.

En esta batalla, librada entre una escuadra franco-española y otra anglo-holandesa, se saldó con miles de muertos para ambos bandos y resultado incierto.

Décadas después, la función militar del Castillo se verá reforzada con la presencia de dos baterías de artillería, las de San Isidro y San Rafael, mucho más cerca de la playa. De estas dos instalaciones, no queda hoy rastro.

Volviendo a la actividad del puerto torreño, hay que decir que su prosperidad durará hasta mediados del siglo XVIII, cuando la liberalización parcial del comercial con la entonces América Española va a beneficiar al Puerto de la vecina ciudad de Málaga.

Intentos hubo de revitalizar el puerto de Torre del Mar, entre los que destacan los que promovieron la prestigiosa Sociedad Económica de Amigos del País de Vélez-Málaga, a finales del Siglo de las Luces, o los que intentó el propio Ayuntamiento de Vélez-Málaga, a principios del XIX.

La decadencia del puerto torreño irá a más a finales del XIX, en que desaparecerá, como también desaparecerá el Castillo.

Pero eso es ya historia, el presente es que la actual Plaza de la Axarquía es hoy el corazón de una ciudad activa y dinámica, repleta de interesantes oportunidades y ofertas, como capital turística y comercial de la zona. Prueba de ese dinamismo comercial y turístico del Torre del Mar del siglo XXI es, por ejemplo, la calle Del Mar, que nace en esta histórica Plaza de la Axarquía y va hasta el Paseo Marítimo.

Ahora nos vamos a adentrar por esta importante calle comercial hasta llegar a su cruce con la antigua ruta de Málaga a Almería, la actual Avenida de Andalucía.

A este cruce le conocen los torreños como las Cuatro Esquinas.

En este cruce de caminos, se nos abren de nuevo diversas alternativas. Tenemos que volver a insistir en que Torre del Mar es una ciudad en la que son muchas las rutas por las que podemos transitar para conocer todos sus encantos. Así, podemos descubrir calles y barriadas de hondo sabor marinero, como Las Protegidas, al este de la ciudad, o las que hay entre la calle del Copo y el Paseo Marítimo de Poniente o casas de singular belleza, como la llamada Casa Baco, en la esquina de las calles San Andrés y Barracas de Poniente, y en donde está programado instalar la oficina municipal de turismo de Torre del Mar.

O podemos también callejear a través de las diversas pequeñas callecillas de sabor típico que cruzan transversalmente la calle del Mar, por ejemplo, o bien continuar nuestro camino por la Calle del Mar hasta llegar a la playa o girar a la izquierda, desde estas Cuatro Esquinas y llegar hasta la plaza en donde se halla la Iglesia parroquial de Torre del Mar y donde empieza el Paso de Larios, en donde podemos hacer nuestra siguiente parada. 

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