Poeta y editor. Sin duda uno de los veleños que más ha contribuido a la puesta al día del conocimiento sobre Vélez y su comarca. Su archivo, fruto de su encomiable curiosidad por todo lo nuestro, la pintura, la poesía, la historia, junto con su proverbial generosidad para con los demás estudiosos ha ayudado sobremanera a los autores veleños preocupados por los temas de patrimonio. Con sus Cuadernillos a la Cruz del Cordero, junto a su esposa Carmen Jiménez, verdaderas joyas de la olvidada edición veleña, reanimó la valoración de la poesía y la creatividad, tanto como el conocimiento del patrimonio en este campo de las bellas artes. Tiene una calle veleña y es Ajárquico de Honor (Riogordo 96).