Este precoz dibujante por antonomasia, de la pintura veleña, truncó su prometedora evolución artística en aras de ocupaciones más pragmáticas como el campo del sonido y la imagen. Pionero de la televisión veleña, nunca dejó de mostrar su genio con el dibujo. Pocas veces ha expuesto, pero siempre con gran éxito de público y crítica, como ha acontecido con la última en la Galería Benedito de Málaga. Tiene publicadas una carpeta de los claustros veleños y también de personajes populares. En el 82 ilustró el libro Veleños notables de Paco Montoro, el opúsculo Los Jazmines de Miguiña de Paco Díaz Guerra en el 95 y recientemente, En el Sublime Engendro del Quijote , que precede a la nueva novela de Cervantes, El Capitán Cautivo.