Complejo Arqueológico y Monumental de San Pitar

Valle Niza

Frente al Mediterráneo se alza San Pitar, la cantera histórica que suministró la piedra con la que se levantaron obras emblemáticas de Málaga.
Un lugar donde el paisaje, la arquitectura y la huella de los antiguos canteros narran cómo se construyó la ciudad.

 

El Complejo Arqueológico y Monumental de San Pitar conserva uno de los conjuntos industriales históricos más importantes  de la provincia. Su gran cantera de arenisca calcarenítica, fue aprovechada desde época antigua, al menos desde el periodo fenicio (siglos VIII-VI a.C.), cuando los asentamientos costeros cercanos, como Toscanos y Trayamar, emplearon bloque similares para murallas y tumbas monumentales. Durante la época romana, la cantera fue utilizada para la edificación pública de la ciudad de Malaca, especialmente en el Teatro Romano, cuyos sillares fueron cubiertos con estuco para mejorar su acabado y resistencia. Posteriormente, en época islámica (siglos X-XI), la piedra aparece en fases iniciales de la Alcazaba de Málaga, lo que evidencia la continuidad de su explotación y la importancia estratégica de su transporte marítimo.

La explotación industrial documentada se inicia en 1727, cuando la Catedral de Málaga requiere grandes volúmenes de piedra y el Cabildo adquiere el terreno y organiza su producción. En esta fase se construyen viviendas para 100  trabajadores, infraestrucutras de transporte y defensas costeras contra piratas.

En el ámbito rupestre, el conjunto incluye estancias excavadas en la roca cuya morfología, nichos y trazas de enlucido han sido interpretados como posibles celdas eremíticas de época moźarabe (siglos VIII-IX).

Además, el recinto cuenta con estructuras asociadas a la vida de los canteros, como casas-cuevas y una capilla datada  en 1739, relacionada con el control de la producción y con el culto de los  trabajadores. Está edificada íntigramente con l sillares de la propia cantera, de planta rectangular, su fachada presenta un arco de medo punto con dovelas robustas y una pequeña ventana en arco rebajado con reja de foraj.  la cubierta a es a dos aguas y culmina con una cruz de piedra, destacando la cresta de tejas vidriadas en blanco y negro. En su inerior conserva una bóveda esquifada, apoyada sobre molduras de piedra tallada, con estética similar a las obras militares del siglo XVIII, como el Fuerte de Bezmiliana.

En 1844, la antigua finca se convirtió en una gran explotación para elaborar  pasas de uva moscatel, se estima que hubo 365 paseros, lo que convierte a este conjunto en uno de los más grandes de la Axarquía.

San Pitar combina la arqueología industrial, patrimonio rupestre y paisaje histórico, ofreciendo una lectura única del uso de la piedra en la Axarquía a lo largo de los siglos.

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