La pintora nacida en Chile en 1925, fue una artista viajera, enamorada de los paisajes y pueblos que marcaron su vida. Residió en París antes de establecerse definitivamente en Vélez-Málaga, donde dejó una profunda huella artística y humana.
Según el crítico Antonio Segovia, Carmen lleva dentro de sí un sino de geofrafías y pueblos. Le agrada estar en ellos, decirles a ellos, en sus lienzos, lo que tienen a su alrededor. La he visto viajera de los colores altos, tan límpios y ágiles,..., regresando, en fin, con el lienzo de angelical inocencia de colores.
Su pintura, reconocible por su tonalidades intensas y su luz transparente, refleja la serenidad de los pueblos blancos y la poesía de los paisajes de la Axarquía. Junto a su esposo, el escrito Martín Galán Herrero, participó activamente en la vida cultural veleña.
En su reconocimiento a su aportación al arte y el amor por su tierra, fue proclamada Ajárquica de Honor en el Día de la Comarca, celebrado en Almáchar. Hoy, una calle lde Vélez-Málaga leva su nombre como homenaje a su legado.