Antonio Jiménez escribe: "En aleccionadora paradoja, para los fijos del pensamiento único, Joaquín Lobato ha preñado durante los últimos cuarenta años de este siglo XX que nos deja, la no desdeñable vida cultural de la milenaria ciudad de Vélez-Málaga. Su carácter, su sensibilidad, su entrañable presencia... alzándose cual Ave Fénix sobre su menuda plataforma física, desde el Colegio de los Frailes hasta su fundación María Zambrano actual, conforman una singular y poderosa personalidad creadora, como poeta, como pintor, ... como hombre. Certifico". Como quien no quiere la cosa, desde aquella Metrología del sentimiento, hasta su, por ahora últimoDedicadas formas y contemplaciones , Joaquín ha venido amontonando un buen puñado de libros de poesía, entre los que figura uno, con intención divulgadora, a modo de recopilación, sobre Mará Zambrano, de cuya Fundación fue pionero impulsor y actual secretario. De su compromiso social en tiempos difíciles, siempre quedarán aquellas "reuniones de poesía" en homenaje a Aleixandre, Guillén y Alberti, entre otros. Su obra plástica está en importantes colecciones privadas y museos. Suyo es el último Cartel Comarcal del siglo. La calle donde vino al mundo lleva su nombre.