Los restos que nos han llegado de esta ermita es la portada, que fue erigida por Pedro González, fundador de la hermandad, a principios de la segunda mitad del siglo XVIII y que desapareció a finales del siglo XIX, ocupándose este espacio por viviendas posteriormente. La portada clásica del Barroco se compone de sillares de piedra del Cerro del Peñón. Su estructura está enmarcada por dos pilastras compuestas de basa, fuste y capitel. Se le añadió en el momento de su restauración un dintel de ladrillo visto y una pequeña hornacina. La ermita ocupaba todo el lateral de viviendas que hoy existe y se entraba a ella por el lateral. La portada es un elemento histórico-artístico, y testimonio de la antigua ermita existente en este lugar.