A los pies de la Iglesia de San Juan de Dios se alza la escultura en bronce dedicada al penitente, obra del escultor Francisco Mártín en 2006. La pieza representa a dos figuras, una vestida de nazareno con capirota y la otra sin cubrir la cabeza, símbolo de la transmisión de la tradición cofrade entre generaciones. Con un marcado realismo y un gesto de recogimiento, la obra se convierte en homenaje a Semana Santa veleña, a sus hermandades y al legado vivo que pasa de maestros a futuros cofrades.